miércoles, 17 de diciembre de 2008

Habeas Corpus por J.M.Vicuña

Cuando finalmente
Nadie pudo entenderlo
por el ruido de las distancias.
Pero nadie tampoco debía entenderlo
porque hablaba para sí mismo
en un lenguaje desprovisto de anagramas.
Como decir: anestesia,
sacarina, casida del amor.
Y las guardaron como hermosas advertencias
del hablante.

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